El fraude realizado por las cabezas de Worldcom al falsificar cuentas de utilidades por 11 millones de dólares sin permiso alguno, ha ocasionado daños enormes, difíciles de reparar. El dilema ético surge en el año 2000 donde trataron de salir poco afectados mediante maniobras fraudulentas durante la época de la crisis de telecomunicaciones. Es así, que en lugar de registrar pérdidas en sus asientos contables por gastos corporativos realizados se registraban altas ganancias. De tal modo que se les fue de las manos el crecimiento de las pérdidas monetarias ocultas. Toda esta maniobra fue bajo el consentimiento de el CEO Bernand Ebbers.
Estas decisiones erradas han afectado directamente a aquellas personas vinculadas a esta empresa y a las que creyeron en ella. En primer lugar, están los empleados, los cuales alrededor de 68000 perdieron sus trabajos por culpa de otros y algunos de ellos se encontraron en una encrucijada, ya que debían acatar órdenes de sus superiores como por ejemplo, ocultar los fraudes realizados, entre estos se encuentra en director financiero, Scott Sullivan. En segundo lugar, se encuentran los accionistas, los cuales eran alrededor de 20 millones de abonados en 65 países del mundo. Estos invirtieron su dinero para que luego no reciban dividendos, esto acompañado de la declaración de bancarrota de la compañía. Asimismo, otros factores que se han visto afectados y ya a un nivel más amplio es por un lado, a todo el sistema financiero, donde se ha generado un pérdida de confianza y también perdida de una empresa generadora de riquezas.
Es así, que todas esas decisiones que se tomaron de forma secreta por parte del presidente de Worldcom, Bernard Ebbers, no fueron éticas ni morales. Esto se debe a que al camuflar la situación financiera real de la empresa fue por beneficio propio, ya que toda su fortuna estaba ligada a las acciones de la compañía y también, porque no quería ver manchada su imagen. Todas esas acciones y actitudes que tomó fueron parte de una postura egoísta, al dejar de lado la situación futura de las personas vinculadas a la empresa y como estas se verían afectadas.
Partiendo del modelo de Badaracco ‘’lo correcto vs lo correcto’’, Bernand Ebbers se encuentra cruzando un dilema ético, ya que en sus manos está la pérdida del dinero puesto por accionistas de la empresa. Tal como se ha explicado anteriormente, esta persona realizó ese fraude debido a que el mercado se encontraba atravesando una época de crisis en telecomunicaciones y realizó estas hazañas para que su dinero puesto en la empresa (como acciones) no se vea perjudicado. De acuerdo al los ‘’momentos de la verdad’’, los cuales son decisiones cuyas repercusiones afectaran sensiblemente el futuro, Ebbers ha debido de contar su fraudulenta decisión a los gerentes, contadores, financistas, etc., tras su primera acción, y no realizarla cada trimestre, de tal modo que las pérdidas se incrementen. Al contar la verdad, su puesto de presidente se verá en juego, pero sería una buena decisión para que no siga arrastrando pérdidas monetarias. Asimismo, Ebbers ha podido poner a disposición sus conocimientos para poder ayudar a la compañía a combatir sus fraudes y pérdidas de participación tras la crisis. Pese a que su renuncia le afecte directamente en su situación laboral y económica, tendrá la opción de elegir este camino o sino ir a la cárcel por varios años, si es que sigue con sus mentiras. Esta última opción, fue la que el eligió, ya que siguió con sus mentiras se dejo atrapar por las autoridades, fue acusado de fraude y de mucha deudas. Particularmente, partiendo del concepto de ‘’las manos sucias’’, el cual afirma que el crecimiento de nuestras organizaciones depende de las decisiones que tomemos y a veces habrá que asumir ciertos compromisos morales cuando no haya más remedio, optaría por la primera opción, ya que a ese momento (terminado su primer fraude) habrían ocurrido perdidas, pero no de tan grandes magnitudes como pasó en la realidad por dejar de pasar tanto tiempo la mentira. De tal forma, se evitaría poner en juego el futuro laboral y económico de personas relacionadas a esta empresa.
Siguiendo con el modelo y el nivel analizado en cuestión, Badaracco extrae tres preguntas para el manejo de los dilemas supra organizacionales. En primer lugar: ¿He hecho todo lo que he podido para asegurar mi posición y afirmar la fortaleza de mi organización? Es aquí que se pone en juego la participación y compromiso de Ebbers con la empresa, ya que al realizar dichos fraudes no le interesa en lo más mínimo la empresa, sus empelados y accionistas, debido a que expone a la quiebra a Worldcom. En segundo lugar: ‘’He hecho todo lo posible para pensar creativamente en el rol de mi institución con respecto a la sociedad y a los constituyentes? El hecho de realizar un fraude financiero no significa ser creativos para obtener lucros, ya que es una acción ilegal que perjudica a varias personas. Es más, si se habla del compromiso de la institución con la sociedad y los constituyentes, este no ha sido ejecutado y más aun, ha sido descuidado, ya que luego que salga a la luz todo el problema, simplemente se accedió a declararse en bancarrota sin responder por los afectados. Finalmente: ¿En esta situación debo jugar al león (liderazgo, inspirado, emblemático) o al zorro (astucia y sagacidad)? Ante todo este gran problema financiero, Ebbers debería de jugar al león, ya que siendo el presidente de Worldcom debería de actuar como un líder, como un ejemplo a seguir. Esto pese a su error, ya que en los negocios se suele cometer errores. Pero, hasta el momento de su descubrimiento de fraude al parecer Ebbers ha actuado como un zorro, utilizando su astucia para que todos las demás personas de la empres ano se den cuenta de los fraudes realizados y manipulando a sus empleados para que actúen de acuerdo a sus intereses. Se puede concluir, que el hecho de actuar como zorro no siempre resultará de forma positiva tanto para él como para la empresa.
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